Ropa de calidad, ponible y favorecedora. Estas son sus premisas... Y le ha ido bien, poco a poco fue prosperando hasta tener un negocio asentado y beneficioso.
En su vida familiar, André y Marisol tuvieron una hija, Irene. Pero a medida que fue pasando el tiempo André se fue dando cuenta de que había algo que no funcionaba. Era gay, y decidió ser sincero con su familia.
Marisol y él se separaron cuando su hija tenía cinco años, en un principio Irene se quedó con su madre, pero cuando a niña tenía unos diez añitos, Marisol la llevó con André.
Él ha compaginado su empresa y sus obligaciones familiares... Tuvo alguna relación esporádica hasta que conoció a Paolo. Un diseñador de joyas brasileño con el que está teniendo una relación a distancia, Paolo viene o él va, se ven cuando pueden.
Mientras Irene fue creciendo como una joven feliz, consentida, mimada y que gusta de salirse con la suya. Sabe cómo manipular a su padre para conseguir lo que quiere. Su relación pasó por algunas tensiones cuando Irene dejó a su prometido el mismo día de su boda, con un whatsapp...
André decide que es hora de que Irene sea responsable y consecuente con sus actos y que lo solucione ella misma. Pero a la niña sólo se le ocurre conseguir dinero haciendo que su casi-marido le pague la mitad de la boda (dinero que en realidad había puesto André) con abogados de por medio y demás.
André tiene que aprender a dejar que su hija aprenda de sus actos, incluso si supone llevarse algún batacazo.... Pero le cuesta ver a su hija pasarlo mal. Así que decide centrarse en el trabajo... Ya que también su relación con Paolo parece que se está enfriando.
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